¿Podemos?

¿PODEMOS?


Las pasadas elecciones europeas, lejos de ser un puro trámite como en anteriores ocasiones, han provocado un terremoto de grandes consecuencias en la vida política del país.


Los dos partidos dominantes, abanderados de un bipartidismo del que estaban encantados, vieron como de la noche a la mañana, irrumpía con fuerza un partido al que nadie había invitado a su particular cena para dos.




Que el PP ganó las elecciones, está claro, que el PSOE sigue siendo la segunda fuerza, también, pero que esto siga así ya no parece tan claro. Esa noche, un movimiento minoritario apareció como un nuevo mesias salvador de la política del pais, asegurando que ha venido a quedarse para hacerse un hueco en el desgastado mundo de la política española.



Sus puntos fuertes, el movimiento popular, el uso de los medios de comunicacion, el acercamiento a la gente joven y una revolución de conciencias en una poblacion hastiada, que decepcionada con su partido de cabecera ha optado por castigar a los de siempre y votar a los nuevos.



Puede que las cosas estén cambiando. Ojalá. Un duopolio político solo beneficia a los susodichos, llenos de casos de corrupción por ambas partes. Que la cosa es difícil de conseguir, tambien. Pero se puede. Quizá no con ese partido, quizá con otro. 



Lo que está claro es que algo se esta moviendo. Algo está cambiando en la actitud de la gente. Y eso es bueno, significa que ya no se conforman con lo que hay. Que visto el panorama actual quiere otras alternativas que les ofrezcan una ilusión que habían perdido corrupto tras corrupto.



Los resultados de estas elecciones europeas han desatado una euforia que hace mucho que no se sentía. Quizá sea el primer paso para conseguir cosas mucho mas grandes que puedan hacerse realidad y no se queden en una utopía.



Por el momento, se ha conseguido que se siga hablando de los resultados semanas después de las elecciones, que la gente se cuestione en los corrillos las propuestas de las alternativas o que algún político haya dimitido, algo prácticamente imposible de ver en este país.



Como dice el dicho, 'de ilusión también se vive', y si ver un poquito de luz al final del túnel es una ilusión, bienvenida sea.